Se entiende por absceso a la zona de nuestro cuerpo en la que se ha acumulado pus a causa de alguna infección. A continuación te contamos cuánto tiempo suele durar un absceso hasta que éste va desapareciendo poco a poco.
cuál es la duración media de un absceso
Los abscesos pueden tener lugar en la zona dental, ano o recto, pezones sobre todo en las madres que dan el pecho a sus hijos, y en las ingles aunque en realidad pueden producirse abscesos en prácticamente cualquier zona del cuerpo.
Cada tipo de absceso tendrá una duración determinada que en algunos casos requerirá de una pequeña intervención quirúrgica ambulatoria para solucionarlos.
Los abscesos suelen ser leves y al cabo del tiempo suelen ir drenando solos por lo que la infección remitirá sola al cabo de unos días.
Sin embargo si empezamos a tener fiebre, dolor intenso en esa zona del cuerpo o cada vez se va inflamando y extendiendo más tendremos que consultar a nuestro médico que el decidirá si drenar el mismo el pus, recetar un antibiótico o enviar a otro especialista en función de la zona en la que esté situado el absceso para que aplique un determinado tratamiento.
Cuánta tarda en quitarse un absceso anal o rectal
En el caso de los abscesos anales o en la zona del recto éstos suelen ir drenando poco a poco y entre 7 y 10 días suelen haberse reducido casi por completo. Posteriormente ser requerirá otro par de semanas para que la herida acabe cicatrizando por completo.
Si el absceso anal o rectal está producido por una fístula deberá ser el cirujano el que valore la posible intervención quirúrgica para terminar de solucionar la patología.
Cuál es la causa de los abscesos
Al tratarse de una infección en una capa externa de la piel normalmente las bacterias suelen entrar por algún corte o herida producida por cualquier razón. Cuando la herida es superficial el pus es muy evidente y se forma sobre todo en los márgenes de la herida mientras que ésta está sanando. Cuando el pus se acumula en una cavidad interior se suele notar por un abultamiento con cierto enrojecimiento en las zonas periféricas y por estar caliente al tacto.
El líquido que compone el pus está formado por glóbulos blancos, plaquetas y células muertas en el fragor de la batalla contra las bacterias.