Las esponjas de plástico deberían cambiarse cada 2 o 3 meses.
Las esponjas hechas de fibras naturales tienen mayor capacidad para albergar bacterias y deberían cambiarse cada 2 o 3 semanas como mucho.
Para que nuestras esponjas duren más es conveniente escurrirlas bien al final de cada uso para que se queden con la menor cantidad de agua posible.
Aquí averiguarás cuánto dura una esponja de baño, porque en ocasiones pensamos que las esponjas con las que lavamos a diario nuestro cuerpo están en óptimas condiciones por su apariencia pero en realidad pueden esconder dentro una cantidad inmensa de patógenos y bacterias susceptibles de producir infecciones o enfermedades.
Duración normal de una esponja de baño
Paradójicamente son las esponjas más caras, aquellas que están hechas de fibras naturales, las que más posibilidades tienen de convertirse en un criadero de bacterias y por lo tanto habría que cambiarlas con más frecuencia. En este caso los especialistas recomiendan cambiar de esponja cada 2 o 3 semanas.
Las esponjas más baratas, aquellas que están hechas íntegramente de plástico son un entorno menos favorable para las bacterias y por tanto podríamos mantenerlas durante más tiempo. Podríamos decir que respondiendo a la pregunta sobre cuánto dura una esponja de plástico una fecha orientativa serían entre 2 y 3 meses.
Cómo aumentar la duración de las esponjas: cuando cambiarlas
Los especialistas en dermatología recomiendan directamente no usar esponjas pero si estás acostumbrado a utilizarlas para tu higiene personal y diaria te pasamos a dar una serie de consejos para conservarlas en mejores condiciones libres de gérmenes más tiempo:
– Utilizar preferiblemente esponjas de plástico
– Enjuagarlas bien con jabón tras su uso
– Escurrirlas bien para evitar que queden demasiado húmedas lo cual es un caldo de cultivo idóneo para las bacterias.
– Ponerlas a secar durante un tiempo.
– Calentarlas durante unos segundos (20) en el microondas de vez en cuando.
Cuánto tiempo dura un estropajo, una bayeta o una esponja de cocina
Al igual que ocurre con las esponjas de baño, los estropajos y bayetas suelen ser uno de los utensilios de limpieza en la cocina que se encuentran más repletos de bacterias y por lo tanto deberíamos extremar el cuidado con ellos y sobre todo cambiarlos con frecuencia.
Cuando limpiamos una superficie de la cocina en la que hay restos de comida, estos quedarán inevitablemente en el estropajo o bayeta. Si a esto le sumamos agua y humedad absorbida por la esponja estamos creando un ecosistema perfecto para el desarrollo de bacterias coliformes y estafilococos.
La solución pasa por sustituirlas con frecuencia, tratar de eliminar los restos de comida tras su uso y dejarlas en un lugar donde puedan secarse hasta su próximo uso.
Esponja escurrida por Clara Alonso.