Para calentar el agua sanitaria en las viviendas tenemos principalmente dos opciones, utilizar una caldera de gas o un termo eléctrico. A continuación analizaremos cuáles son las características que nos pueden ayudar a decidirnos entre uno u otro así como a conocer cuánto dura por término medio un termo eléctrico frente a una caldera de gas.
Cuál es la duración media de un termo eléctrico
La vida útil o duración media de este aparato dependerá de dos factores que son la frecuencia de utilización del calentador así como la dureza del agua de la zona en la que esté instalado.
Un termo eléctrico, en condiciones normales debería sobrepasar holgadamente los 10 años de uso sin causar problemas a sus dueños pero debemos tener en cuenta que estos aparatos no están pensados para realizar un uso extensivo, es decir, un uso normal de un termo eléctrico sería de unos 20 o 30 minutos al día para calentar el agua de la ducha de una o dos personas y luego ocasionalmente cuando se utilice el agua caliente de los grifos.
Si el termo eléctrico está funcionando varias horas al día durante un período largo de tiempo, es normal que las resistencias empiecen a fallar y al final acaben fallando definitivamente. Esto puede ocurrir a los 3, 4 o 5 años, pero lo normal es que no lleguen en perfecto estado hasta los 10 años.
Otro de los factores que puede acortar la vida útil de nuestro termo eléctrico es la dureza del agua. Un agua con exceso de cal irá depositándose en todo el circuito del aparato haciendo que el flujo de agua de entrada o salida disminuya considerablemente.
Esta avería empieza a dar signos cuando vemos que el agua ya no sale tan caliente como al principio.
En estos casos la vida media del termo también puede verse reducida notablemente hasta los 5 años aproximadamente en función de la dureza y del uso que hagamos del termo.
Ventajas e inconvenientes de los termos eléctricos frente a las calderas de gas
Los termos eléctricos o calentadores de agua eléctricos tienen algunas ventajas e inconvenientes con respecto a las calderas de agua por gas.
Entre las ventajas podríamos destacar dos que tienen que ver con un aspecto muy importante para muchos consumidores y es el relativo a su coste.
Como en todo, hay que conocer las necesidades de cada familia para poder determinar qué nos va a merecer más la pena puesto que un termo eléctrico para una vivienda habitual en la que conviven 5 miembros que por trabajo o actividades deportivas se suelen duchar a diario puede no ser la decisión más adecuada.
Evidentemente el coste de un termo en mucho menor al de una caldera a gas. Podemos encontrar termos de primeras marcas entre los 100 y los 200€ mientras que una caldera de calidad será difícil encontrarla por menos de 1000€ con la instalación incluida.
Al coste de la caldera le tenemos que sumar el importe que debemos pagar a la compañía de gas mensualmente por el hecho de tener la acometida de gas.
El mayor inconveniente de un calentador eléctrico es que a medida que se va haciendo uso del depósito de agua caliente, ésta irá perdiendo temperatura gradualmente hasta que prácticamente salga como el agua fría con lo que tendremos que esperar un buen rato para que la resistencia vuelva a calentar el agua.
En aquellas casas en las que no hay una acometida de gas ciudad puede que sea casi una necesidad la instalación de este tipo de termos, así como en las casas de veraneo que se utilizan solo una temporada y no vamos a estar pagando un fijo de gas todo el año para hacer uso de la caldera durante un mes o menos.